Aunque pensemos lo contrario, los animales de compañía son muy beneficiosos para los niños.
Por un lado, la convivencia de niños y mascotas ayuda a desarrollar su sistema inmunológico. Esto es así, porque se ha venido demostrando que un ambiente excesivamente limpio es contraproducente a la hora de desarrollar nuestras defensas naturales, así que la presencia de un animal ayuda en este aspecto, así como en la prevención de desarrollos de alergias (una alergia muy común es la que se produce por el pelo animal).Los niños que conviven desde pequeños con perros o gatos tienen un 50% menos de probabilidades de desarrollar alergias que aquellos que no tienen ninguna mascota en su casa.
Además, la convivencia entre un niño pequeño y un animal de compañía (siendo los grandes favoritos de los pequeños los perros y los gatos, pero también los conejos) tiene muchas otras ventajas, por ejemplo:
– Desarrollo de la responsabilidad. Al tener que darle de comer, sacarle, y en general cuidarle, un niño con mascota puede desarrollar antes un sentido de la responsabilidad.
– Comunicación no verbal. Un aspecto importantísimo de la relación con un animal es la comunicación no verbal, y es algo que ocurre en ambos sentidos. Por lo tanto, que un niño vea cómo su mejor amigo se preocupa por él cuando está triste puede ayudarle, a su vez, a fijarse en qué actitudes y comportamientos reflejan un estado anímico por parte del animal.
– Estabilidad emocional. Es muy frecuente que los psicólogos aconsejen conseguir una mascota en momentos de depresión, para poder centrar la mente en tareas rutinarias y, más importante, tener un objetivo, simple pero que a mucha gente le satisface. Esto mismo se puede aplicar a los niños pequeños: la mascota puede pasar de ser un mero animal a ser un compañero que aporta respaldo y seguridad.
– Favorece el desarrollo cognitivo, socioemocional y físico de los niños, debido al rango de distintas actividades que pueden realizar con él, tanto físicas (juegos), como relativas al cerebro: la sensación de tener que protegerlo, de tener que cuidarlo, de pensar en cómo llevar a cabo estas tareas es un estímulo para la mente de cualquiera, y por supuesto para un niño lo es con más motivo. Asimismo, los niños que poseen mascota sufren menos estrés y se sienten más felices.
– Higiene. Una excusa perfecta para recalcar la importancia de la higiene, ya que es importante que el niño entienda que, aunque pocos, existen ciertos riesgos y ha de entenderlos y saber cómo evitarlos (lavarse las manos antes de comer si ha jugado con el perro, no dejar que el perro orine dentro de la casa, etc).
Eso sí, es muy importante pensarlo detenidamente antes de coger a un animal. Debemos tener en cuenta el tiempo del que disponemos, el dinero que conlleva mantenerlos y además, estar seguros de que nuestros hijos van a colaborar en su cuidado.